Alumnos participativos y con inquietudes sociales contribuyen también a generar mejor convivencia en la escuela, al propiciar la sensación de ser parte de un proyecto común. Estas y otras conclusiones, en la siguiente entrevista a Richard Cardillo, especialista neoyorkino que pronto visitará nuestro país.
El matonaje escolar se ha diversificado considerablemente conforme lo ha hecho la sociedad en los últimos años. La conversación que Richard Cardillo sostuvo en exclusiva con educarchile antes de su próximo viaje a nuestro país, ayuda a comprender este fenómeno y entrega algunas claves útiles para trabajar en la escuela.
Las primeras noticias que tenemos del bullying datan de fines de los años 60. ¿Significa que antes no existía?
De hecho había pero no era noticia. Otra cosa que ha cambiado desde los 60 es la forma en que se manifiesta el bullying gracias al auge de los medios de comunicación; hoy tenemos redes sociales que hacen posible que los alumnos que tenían problemas en el colegio desde las 8:00 hasta las 15:00 hrs, sufran este mal 24 hrs al día. La antigua idea del bullying, en que un niño grande molesta a los más chicos ya no corre, la mayor parte del acoso es anónimo, viene de gente que no conocemos. Por eso la situación es bien diferente de los años 60, además nuestra sociedad es más violenta que en el pasado, si antes la agresión se concretaba con los puños ahora puede ser con un arma. Asimismo, antiguamente cuando alguien del vecindario escuchaba sobre la existencia de episodios de acoso escolar todos los vecinos se interesaban, mientras que ahora el colegio está aislado del resto de la comunidad. En Perú, donde me tocó tabajar, existía la idea de que había muchas madres de una persona, cualquier mamá de otra familia podía reprender a un niño en la calle si daba motivos para ello, y eso no pasa ahora.
Últimamente la cantidad de denuncias de maltrato escolar parece ir en aumento, al tiempo que los casos extremos, que terminan con el suicidio de la víctima, son más frecuentes. ¿Debemos aceptar que se trata de una tendencia?
No diría que es una tendencia, sino un síntoma. En los EEUU usamos el dicho “canary in a coalmine” (un canario en una mina de carbón) para referirnos a temas como este. Los mineros siempre dejaban un canario en las minas para vigilar los gases de carbón; si el canario moría significaba que algo andaba mal. El bullying es un síntoma de que hay otros problemas, en la convivencia escolar, en la casa, en la comunidad.
Hay que aceptar que la sociedad se ha vuelto más violenta. Tuvimos en diciembre del año pasado una verdadera tragedia en Connecticut causada por un chico muy aislado con un arma, el maltrato escolar es como se ve, más violento que en el pasado y lo que estamos haciendo para prevenir esto en los EEUU es instalar detectores de metales en los colegios, con lo que los estamos convirtiendo en prisiones. En el pasado, si había bullying era en privado, ahora sin embargo cuando una víctima es maltratada todo el colegio lo sabe en una hora, y la comunidad tarda una semana en enterarse. Un ejemplo clásico reciente es el de una chica abusada en un partido de futbol, los agresores pusieron sus fotos en facebook inmediatamente.
Las cifras de niños percibidos como gays y lesbianas es mucho más alta en nuestros días, y en este segmento la tasa de suicidios ha aumentado en un 70%. La sociedad sigue siendo machista, no hay espacio para hablar de eso en el colegio y vemos los resultados en las cifras.
¿Qué elementos pueden propiciar una buena convivencia escolar?
Antes que nada vale la pena mirar la comunidad escolar, la idea de que los que estamos en el colegio somos nosotros, no somos un grupo de “yo, yo, yo y yo”, sino un grupo unido como un equipo de futbol avanzando a una meta común. Algo que puede ayudar bastante es tomar conciencia de que la convivencia escolar no sólo está en función de la vida académica, sino que la parte emocional es también relevante. El colegio ideal acepta al niño entero y no solamente al niño de los hombros para arriba, enseñando el corazón tanto como el cerebro; tenemos que trabajar por una comunidad transparente, abierta, que tenga los medios de comunicarse con los alumnos. A la vez vale la pena considerar la estructura del colegio: si los profesores creen que su aula es su reino privado, no tendremos buenos resultados. Estamos enseñando a los mismos alumnos, por eso lo deseable es que los profesores conversen sobre los alumnos y sobre las condiciones del trabajo, necesitamos más colaboración entre docentes y más tiempo para planificar juntos.
Yo diría además que en cualquier momento de bullying hay 3 papeles: el agresor, la víctima y los testigos, que ven todo y no hacen nada. Es necesario enseñar a esos testigos a oponerse activamente al acoso escolar, hay que entregarles una autoestima que les dé el poder de abrir la boca para ayudar a los demás, como una idea de servicio a la comunidad. Los compañeros de la víctima pueden hacer algo para mejorar la convivencia, tenemos que construir la idea de que si hay una pelea en el recreo, los demás pueden decirle a los agresores que en el colegio no hacemos ese tipo de cosas y respetamos a los demás. Pero hay que educar para eso. Nosotros creamos la palabra “upstanders”, para llamar a las personas que saben hacer lo correcto en los momentos correctos, saben que si algo está mal en el colegio, la familia o la sociedad, ellos tienen el poder y la voz para solucionarlo.
¿Cómo la sociedad puede influir en la convivencia escolar? Hay modelos de conducta que transmiten los medios de comunicación y la prensa…
De hecho, y seguro que pasó antes en Chile también. Recuerdo que en los años 80 había un problema enorme con los jóvenes que conducían ebrios, se tuvo que implementar un programa de medios de comunicación para erradicar eso y fue exitoso; ahora no hay tantas personas como entonces muriendo en accidentes de auto pero hay otras cosas bien sutiles que tienen que ver con la exclusión: la publicidad siempre muestra un grupo exclusivo. Podemos usar palabras como racismo, discriminación de género y clase social, socioeconómica, todos los medios transmiten mensajes de que hay un grupo mejor que otro. Mientras vivía en Perú algunos alumnos decían “todos en nuestro colegio somos amigos menos los cholos” sin considerarlo ofensivo. La mayoría de los avisos comerciales muestra actores blancos, delgados, rubios y de ojos azules y eso transmite un mensaje discriminatorio.
¿Qué puede ayudar a la escuela a sobreponerse a episodios de bullying y salir adelante?
Me ha tocado ver colegios que tienen una idea de servicio conectada a lo académico. Trabajan con la idea de que pueden cambiar algo en el mundo real a través de sus resultados de matemática, lenguaje, historia, etc, tratando de ser, como dijo Gandi, el cambio que quieren ver en el mundo. Esa visión de lo académico tiene una relación increíble con el logro de una convivencia escolar mejorada y sirve para sobreponerse a cualquier episodio dramático del pasado, porque los alumnos trabajan juntos para resolver problemas. No es algo pasivo.
Otra cosa que puede ayudar es abrir el colegio a la comunidad, a las familias, que los alumnos vean que el colegio no es una isla, que tiene un lugar en la comunidad. Con esto es posible sobreponerse al bullying y a cualquier problema y salir adelante.
Algo útil también es coleccionar todos los datos en el colegio relacionados con la disciplina, como la asistencia, las notificaciones, etc, para usarlos como insumos de análisis del trabajo por mejorar la convivencia.
Que los alumnos sean más participativos en lo social contribuye también a generar mejor convivencia al sentirse parte de un proyecto común, de esta manera se ven como ciudadanos con una idea cívica, que avanzan en la idea de construir un país mejor para todos. Es una idea de una persona que al recibir una educación sabe que puede cambiarse a sí misma y ayudar a los demás. Con alumnos conscientes de eso vamos a seguir adelante no solo con la idea de una educación fructífera sino construyendo ciudadanos del futuro que estarán listos para trabajar por una causa común hombro con hombro.