Descubren en Antártica dos nuevas especies de gusanos
"comehuesos"
Estos extraños organismos se alimentan
de osamentas de ballenas que reposan en el frío lecho oceánico austral.
Los gusanos del género Osedax se especializan en alimentarse de huesos.
Foto: UC San Diego
PARÍS.- Dos nuevas especies de gusanos
necrófagos que se alimentan de las osamentas de ballenas muertas fueron
descubiertos en un estudio que arroja nuevas luces sobre los delicados
ecosistemas submarinos en la Antártica.
Estos extraños seres vivos fueron detectados durante pruebas en las que durante más de un año fueron sumergidos trozos de madera y huesos de cetáceos, a unos 500 metros de profundidad.
Mientras los primeros no mostraron alteraciones, los segundos fueron rápidamente colonizados y roídos por los organismos.
Estos extraños seres vivos fueron detectados durante pruebas en las que durante más de un año fueron sumergidos trozos de madera y huesos de cetáceos, a unos 500 metros de profundidad.
Mientras los primeros no mostraron alteraciones, los segundos fueron rápidamente colonizados y roídos por los organismos.
En esta región del mundo deambula una de las mayores concentraciones de
cetáceos, en particular varios tipos de ballenas, que llegan a alimentarse a
sus aguas.
Los huesos estaban "seriamente infestados" de gusanos, identificados como pertenecientes a una nueva especie bautizada Osedax antarcticus.
"Cada hueso de ballena está cubierto por una espesa 'piel' rosácea compuesta de Osedax. En una costilla se observó una densidad de 202 especímenes por 100 cm2", dice el estudio, publicado por la revista británica "Proceedings of the Royal Society B".
Rápida expansión
Una vértebra de ballena sumergida en otro lugar, más cerca de las costas antárticas y situada solo a 20 metros de profundidad, parecía no pesentar las mismas señales.
Los huesos estaban "seriamente infestados" de gusanos, identificados como pertenecientes a una nueva especie bautizada Osedax antarcticus.
"Cada hueso de ballena está cubierto por una espesa 'piel' rosácea compuesta de Osedax. En una costilla se observó una densidad de 202 especímenes por 100 cm2", dice el estudio, publicado por la revista británica "Proceedings of the Royal Society B".
Rápida expansión
Una vértebra de ballena sumergida en otro lugar, más cerca de las costas antárticas y situada solo a 20 metros de profundidad, parecía no pesentar las mismas señales.
No obstante, "después de varios días en el acuario se observó un
pequeño tubo de mucosidad en el fondo de un agujero en el hueso. Resultó ser un
espécimen minúsculo de Osedax", otra especie de gusano hasta entonces
desconocida (Osedax deceptionensis).
Antes del hallazgo, los
científicos sólo conocían cinco especies de Osedax, la primera, identificada en
1996. Todas viven en aguas mucho más cálidas y generalmente a gran profundidad.
Estos hallazgos confirman que las "larvas de Osedax han logrado colonizar los huesos en menos de un año", según Adrian Glover, del Museo de Historia Natural de Londres, y su equipo.
En cambio, las planchas casi intactas de pino y roble sumergidas junto a las osamentas quedaron prácticamente intactas, sin señales de acción de moluscos xilófagos (comedores de madera), como ocurre en fondos marinos más cálidos.
"Es posible que nuestros experimentos no hayan durado suficiente tiempo, o que el tamaño de la madera o la presencia de huesos de ballena, haya inhibido el desarrollo de larvas" de xilófagos, reconocen los investigadores.
Estos hallazgos confirman que las "larvas de Osedax han logrado colonizar los huesos en menos de un año", según Adrian Glover, del Museo de Historia Natural de Londres, y su equipo.
En cambio, las planchas casi intactas de pino y roble sumergidas junto a las osamentas quedaron prácticamente intactas, sin señales de acción de moluscos xilófagos (comedores de madera), como ocurre en fondos marinos más cálidos.
"Es posible que nuestros experimentos no hayan durado suficiente tiempo, o que el tamaño de la madera o la presencia de huesos de ballena, haya inhibido el desarrollo de larvas" de xilófagos, reconocen los investigadores.
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